Ese día pude sentir a la muerte de cerca, no solo porque te llevaba a vos, sino porque con vos me arrastraba a mi. Ese día me inundaba el dolor, las lágrimas no cesaban, ese día sentí morir.
Fueron tantas noches llorando, preguntándome porqué, esperando a que volvieras, aún sabiendo que nunca más nos íbamos a volver a ver.
Hoy, cuando ya pasaron cinco años sonrió, porque nunca imaginé sobrevivir sin vos. Estoy feliz de saber que estoy, de saber que aún hoy, a cinco años de que te fuiste, RESISTO!
Ahora, por una vida entera.
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