El camino del progreso.

Taparme los ojos y no querer ver, más bien no querer verme, esta vez duró poco. Me es más fácil ocuparme del dolor de los demás que del mío. Me hace sentir mejor, pero solo dura un momento, porque después me doy cuenta que en mi nada cambió. Ayudo para no tener que ayudarme. Porque el remover ciertas cosas en mi me genera miedo, porque se que lo que tengo que remover duele, pero se que si no lo hago no hay progreso.

Hoy vi una chica llorar en la calle, ¿pero que le podía decir yo que había estado llorando cinco minutos antes que ella? No le dije nada, la mire y la entendí. Ahí me di cuenta que todavía hay gente que para y te pregunta ¿qué te pasa? ¿qué es lo que te tiene tan mal y te hace llorar? Y es como la vida misma, con nuestros pares, quienes nos rodean, esas personas que frecuentamos. Cuando estas mal hay gente que te pregunta qué te pasa, otra a la que quizás no lo interese, u otra que te pregunta pero por más que no te pueda ayudar te acompaña.

No se bien en cual de esas opciones estoy yo (quizás haya más pero no me dan ganas de pensarlas) lo único que se es que hay momentos en que uno no puede darle nada al otro si no esta bien consigo mismo. Ahí es cuando uno piensa en que eso es egoísmo, y si tal vez lo sea, pero ¿qué podes esperar de una persona que sabes que está pasando por un momento en que no se siente bien con su cabeza? Nada, no esperes nada porque es nada lo que te pueden dar. Y no es egoísmo, es estar bien con uno mismo para poder estar bien con los demás.

Pero el tema esta en que siempre prefiero estar bien con los demás antes que conmigo misma. Pero esta vez pude darme cuenta a tiempo y no dejarme cegar por mi misma.

Hay cosas que tengo que arreglar, que nada tienen que ver con terceros, que la única que tiene el poder para terminar con esto soy yo. Los de afuera solo pueden acompañarme, pero la decisión de transitar el camino del progreso, por más difícil que sea, esta solamente en mis manos.